viernes, 17 de septiembre de 2010

CONTRA EL MALTRATADOR… DIPLOMACIA


   El conflicto con Marruecos, ha destapado una realidad que parecía aletargada en la tierra de nadie, que separa las fronteras. La pugna esta mas bien entre Francia y España y su trasfondo es meramente económico. Podríamos enfocarlo por ahí, y hablar sobre las multinacionales francesas y españolas que se asientan, cada vez en mayor número, en Marruecos, participando de la explotación humana, y del expolio de sus riquezas, con el beneplácito, del rey marroquí; digamos que se parece a una subasta y Mohamed VI, es quien la dirige. El mazo aun no ha golpeado la madera y la subasta sigue abierta; mientras la población se muere de hambre, hay quienes negocian esa miseria para enriquecerse y los usureros no están solo dentro de Marruecos, el colonialismo solapado, que ejercen sobre este país Francia y España (España lo ejerce más abiertamente, no nos olvidemos de Ceuta y Melilla) merma seriamente las posibilidades de evolución de esta nación, que sometida a un reinado bien alimentado por estas potencias europeas, se ve incapaz de dirigir su destino. Es una cuestión de negocios y el patriotismo que enarbola ahora la derecha de Rajoy o la serenidad que reclama, la izquierda del gobierno de Zapatero no es otra cosa que un juego de intereses.
Si, este sería un buen enfoque y seguro que daría mucho de sí, pero hoy, prefiero irme por los derroteros de lo humano, y atender a lo que dentro de esa realidad subyace:
Marruecos, un país inmerso en una cultura totalmente distinta a cualquiera que podamos encontrar en Europa, un país musulmán que se rige por leyes arcaicas y caducas, y cuyo leitmotiv es la desigualdad y el maltrato continuado.
Es un país hermoso y sus gentes son amables y cercanas, pero, el analfabetismo, el alto grado de jerarquización, tanto en el plano estatal como en el familiar circunscrito en el patriarcado, la pobreza, y el escaso grado de oportunidades, lo convierte en el perfecto caldo de cultivo para el extremismo islámico.
Marruecos, un país, en el que los derechos de la mujer son atropellados a diario con el consentimiento expreso del estado que lo rige; un dato miles de niñas comienzan su vida laboral como empleadas domesticas, a los cinco años, si bien, las leyes de este país, prohíben trabajar a los menores de 15 años, el incumplimiento es común y la permisividad frente a este quebrantamiento de la ley evidente.
En definitiva, Marruecos, un país y una monarquía más próxima a las practicas feudales, que a los estándares democráticos.

El Cesar no parce agusto, las cotradiciones lo delatan.

A.M.G


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1 comentario :

  1. No entiendo como para unas cosas son diplomáticos y para otras destructores.
    Estamos concienciándonos contra el maltratador cero y sin embargo para con otros países cuya cultura es como bien dice este articulo por leyes arcaicas y caducas, y cuyo leitmotiv es la desigualdad y el maltrato continuado.
    (Personas que en algún momento de sus vidas pueden y de hecho ya lo hacen, vivir en nuestro país.)se tiene que ser diplomático. yo en si, estoy de acuerdo con tener que ser diplomáticos, pero seamos coherentes para todo.

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